Aportes y críticas a resolver para que el peronismo vuelva a ser gobierno

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Por Marcelo Cresto (Militante peronista).

Somos militantes porque desde dentro de nuestro ser, nuestras ideologías ensambladas con la empatía y el deber ser nos lleva a movilizarnos y estar en contacto con el otro.Un contacto que nos permite encontrarnos y ayudarnos mutuamente y de muchas maneras. Por perder las elecciones no dejamos de ser militantes y es desde aquí donde debemos avanzar.

Perdimos por propios méritos y no avanzamos en nada. Continúan y dejamos que continúen los mismos errores y de seguir así es muy difícil remontar y lograr recuperar el triunfo en la ciudad. Y es lamentable por los varios y numerosos programas que beneficiaban a nuestros vecinos.

El peronismo llegó a las elecciones dividido quizás por falta de liderazgo, por falta de participación; no había un conductor natural que aglutine y conduzca. En los años que tengo dentro de la militancia no recuerdo la migración de tantos compañeros llámense militantes, referentes o dirigentes. Desde mi humilde opinión creo que esto se vio más acentuado a nivel local, no tengo el análisis o conocimiento a nivel provincial. No comparto ni justifico en absoluto esa actitud porque se es peronista por ideología, por sentimiento y por identificarse uno con la doctrina independientemente de cualquier dirigente que conduzca. El peronismo tocó fondo y no han surgido todavía comportamientos que sanen, recomponga filas y haga que avancemos unidos nuevamente.

El congreso partidario en Paraná no fue lo sumamente profundo y total. No alcanzó una mayoría. Algo que ansiosamente se estaba esperando, al menos de parte de la militancia era la expulsión del PJ de los que hoy son funcionarios provinciales y locales de un gobierno que no practica nuestras ideas. Asueta, Francolini, Zadoyco y Barboza usufructuaron por años los mejores lugares de la mano del peronismo y no supieron aguantar estar en la llanura como cualquier vecino de nuestra ciudad, y el congreso por ser soberano tenía la herramienta para expulsarlos ese mismo día y no conformar el tribunal de disciplina. Cuestiones como estas y otras no menos importantes como la discontinuidad de elecciones internas por muchos años y las “elecciones a dedo”, el egoísmo y la falta de compromiso de ciertos funcionarios de turno , con el correr del tiempo lograron el cometido de terminar cansando al militante de base y al electorado.

Pero creo que todavía y en nombre de nuestros principios sociales y derechos adquiridos que se están pisoteando podemos propiciar espacios de encuentros donde podamos confrontar y buscar puntos en común y soluciones. El peronismo debe ser la esperanza de los humildes, de los trabajadores y esta sociedad tan cascoteada y la única oportunidad para surgir es la unión. Y esa unión se logra mediante varios mecanismos e instrumentos como lo son las internas y tienen que darse en un marco de madurez donde prime el respeto por el otro. Esto significa que no hay que pasar los límites verbales, no hay que llegar al agravio ni la grosería con el ocasional adversario; los que participan tienen que saber que en toda competencia hay quien gana y quien pierde y el ser perdedor no debe llevar a nadie a incumplir lo que nos enseñó el general : ” el que gana conduce y el que pierde acompaña”.
El pueblo es y debe ser siempre más importante que cualquier dirigente y si no somos capaces de comprender esto es preferible que demos un paso al costado.
El peronismo debe tener continuidad en el diálogo si quiere volver a ser gobierno.

 

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