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Por Almafuerte para Diario del SUR Digital

Muchos recordarán la frase “Montiel al gobierno, Rosario a la cocina”. Este slogan fue usado durante la década del 90. Las paredes de Entre Ríos se inundaron con esas pintadas.

Los militantes jóvenes y algunos de los intendentes del pejotismo tal vez no registran que Rosario Romero, hoy intendenta de Paraná es la misma persona que estuvo asociada con el radical y ex gobernador Sergio Montiel.

Casada con José Carlos Halle, ex ministro de Bienestar Social en el gobierno de Jorge Busti como gobernador y ex militante de las Mesas de Trabajo en Paraná, fue el que de alguna manera la convenció que se haga peronista. Rosario Romero militó en el Partido Intransigente, de viejo cuño radical cuyos referentes fueron allá por fines de la década del 50, los hermanos Frondizi (UCRI) Unión Cívica Radical Intransigente y luego don Oscar Alende. Como se les prohibió usar el nombre Unión Cívica Radical, quedó como (PI) Partido Intransigente a principios de la década del 70.

A finales de la década de los años 80, Rosario Romero fue candidata a Intendente de Paraná por el Partido Intransigente (PI), junto con José Ormache en la fórmula. (foto).

Avanzada la década del 90, caracterizada por las privatizaciones del menemismo, el Partido Intransigente se incorporó a lo que se denominó el Frente Grande (FG), que formó la histórica y sangrienta Alianza con el radicalismo de De la Rúa, que salió volando en helicóptero, mientras la policía y fuerzas de seguridad masacraban a los argentinos en Plaza de Mayo durante el 2001.

Fue en ese tiempo, más precisamente a mediados de la década del 90, que Rosario Romero vió que sus aspiraciones para integrar la fórmula con Sergio Montiel eran posibles. Pero no fue así. El viejo radical se negó a cristalizar la fórmula. De allí el famoso slogan: MONTIEL GOBERNADOR, ROSARIO A LA COCINA.

Una cocina que todavía está encendida

Finalmente, la crisis política y social de la Argentina que reventó por los aires en diciembre del año 2001 produjo un estampido al grito QUE SE VAYAN TODOS y como siempre fue el Pueblo el que puso sus héroes y muertos en Plaza de Mayo. Aquellos que integraron la famosa ALIANZA integrada por la Unión Cívica Radical, el Frente Grande y otros partidos, se escondieron por algún tiempo debajo de sus camas y otros desensillaron hasta que aclare.

La que parece haber quedado encendida es la cocina de Rosario Romero. Hábil para las lides de cambiar de color, la encontró en las filas de Jorge Busti en su tercer mandato como gobernador durante el 2003 en adelante. Fue en ese período que se sumaron al bustismo, dos integrantes del Partido Intransigente de Concordia, como el caso de Nelio Calza y Néstor Loggio, que sin tener sustento electoral aprovecharon el intersticio que les brindaba el nacimiento del kirchnerismo.

De allí en más Rosario se supo mover un pez en el agua en el pejotismo, logrando  en esta etapa colocar en el Estado a sus ex compañeros del Frente Grande que habían estado con Montiel, en lugares privilegiados e incluso desde Paraná digitar cargos provinciales en otras localidades y hasta en empresas binacionales como lo es Salto Grande. Todo ellos durante las gestiones de gobernadores peronistas.

Hoy la encontramos a Rosario como intendenta de Paraná. Cumpliendo su sueño de ser intendenta como lo hizo allá por 1987 con el Partido Intransigente (PI), pero ahora con la escalera del pejotismo.

Cabe aclarar que Rosario Romero es intendenta de Paraná por la tracción de votos generada por Adán Bahl que fue el candidato a gobernador desde Paraná.

Aunque ella lo niegue, la verdad en este caso, es la única realidad. Pero si hay algo que le quita el sueño a Rosario son sus incontrolables ganas de ser la próxima candidata a gobernadora de Entre Ríos. Para ello, ha ido tejiendo una red de alianzas, constituyendo y presidiendo la liga de intendentes justicialistas. Una nueva ALIANZA como le recuerdan sus viejos tiempos, pero esta vez con el ex gobernador Gustavo Bordet que quiere ser senador nacional para el 2025, Eduardo Lauritto de Concepción del Uruguay, Juan Bahillo de Gualeguaychú, Guillermo Mitchel que quiere ser diputado nacional también para el 2025, la eterna legisladora, Carolina Gaillard que quiere repetir, el titular de UPCN, José Allende y otros.

La última juntada, dando la espalda al militante y con un Partido Justicialista de Entre Ríos hecho a la medida de sus incontrolables aspiraciones, esta maquinaria carente de combustible militante quiere seguir ostentando las mieles que les otorga el poder. La llama de la cocina de Rosario está todavía encendida y cocinando. Que el hambre impuesto por la oligarquía financiera del impresentable gobierno de Milei, no nos haga  caer nuevamente en los mismos personajes que fueron lo que generaron esta debacle. Mejor hay que soplar la brasa del fogón, como decía don Arturo y hacer nuestro propio guiso, porque eso nos garantiza no intoxicarnos con carne podrida que nos quieren volver a darnos de comer.

 

 

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