Comienza el debate sobre la Ley Ómnibus
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A las 14 se tratará en tres comisiones de la Cámara de Diputados. Unión por la Patria no acompañará el proyecto. La UCR, el peronismo cordobés y los bloques provinciales piden cambios para votarlo.
Un mes después de la asunción de Javier Milei, el gobierno nacional pone en marcha la discusión de la Ley Ómnibus en el Congreso. El punto de partida del debate parlamentario será este martes a las 14, cuando se habilite el tratamiento en las tres comisiones por las que pasará el extenso proyecto: Legislación General, Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda.
Las dos primeras son presididas por el cordobés Gabriel Bornoroni y el santafesino Nicolás Mayoraz, ambos del bloque de La Libertad Avanza (LLA). La tercera la preside el diputado José Luis Espert, aliado del Gobierno, que la semana pasada tuvo su primer cortocircuito con los sectores más duros de la oposición, que cuestionaron su designación al frente de la presidencia de la comisión.
El miércoles y el jueves el tratamiento del proyecto comenzará a las 9 de la mañana y, según esperan en el oficialismo, se extenderá durante toda la tarde. Este martes estarán presentes el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo entre las 14 y las 17, y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, a partir de las 17 y hasta las 20.
El miércoles estarán los ministros Guillermo Francos (Interior), Patricia Bullrich (Seguridad) y Guillermo Ferraro (Infraestructura). El jueves será el turno de Sandra Pettovello (Capital Humano) junto a sus secretarios. La idea es que cada ministro esté entre dos y tres horas.
Las ausencias son más destacadas que las presencias. No estarán Nicolás Posse, ni el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. El primero es un libertario puro de la mesa chica del Presidente. El segundo el ministro que tomó las medidas más duras y profundas respecto a la política económica. Son dos ausentes con aviso que nunca estuvieron en carpeta.
Es posible que vayan segundas líneas, porque los dos, según explicaron fuentes oficiales, “están inmersos en la negociación con el FMI”. Un argumento que sirve para justificar el faltazo, aunque no termina de justificarlo, ya que los funcionarios que integran la misión del Fondo tienen planeado irse mañana de la Argentina.
Hasta ayer a las 20 los diputados de todos los bloques tuvieron tiempo de enviar sus preguntas para los funcionarios, aunque sin saber quiénes iban a estar. En principio, los secretarios y ministros harían una exposición y luego responderían las preguntas, aunque no hay un esquema definido. En LLA esperan que el peronismo vaya a las comisiones a “poner palos en la rueda” y la oposición dialoguista a “sacarse las dudas” con los funcionarios. Así dividen el mapa político parlamentario.
En el oficialismo dan por descontado que el bloque de Unión por la Patria (UP), sumado al de la Izquierda, no acompañarán ninguna modificación impulsada por el Gobierno, y que tratarán de empantanar el debate. “No tienen voluntad de debatir. Están cerrados. En cambio, hay otros sectores de la oposición con ánimo de componer, que están mandando sugerencias para el proyecto”, sostuvo, ante la consulta de Infobae, uno de los legisladores libertarios más metidos en las negociaciones para sacar la ley adelante. En el Gobierno hacen una distinción entre aceptar sugerencias y negociar con la oposición. Aseguran que están dispuestos a recibir propuestas de modificación pero que no están negociando. Es una diferencia muy fina. Casi nula. Que está vinculado al aspecto simbólico del discurso. Aunque no lo blanqueen, por lo bajo algunos legisladores aceptan que la diferencia está apoyada sobre la idea que el término “negociar” genera una imagen de debilidad del oficialismo. Pequeñas cosas. O, tal vez, pequeñas grandes cosas.
Una diputada aliada al Gobierno definió esa postura en un párrafo: “La negociación hay que hacerla cuando esté el dictamen, antes no. Con el debate en carrera. No podes aceptar negociar antes porque si no te tiran abajo el proyecto. No se puede cambiar toda la ley”. Tanto en La Libertad Avanza como en el PRO le apuntan al peronismo. “Ahora son carmelitas descalzas y antes este Congreso era una escribanía”, sentenció una diputada libertaria.
El Presidente reiteró sus críticas a quiénes se oponen, exigiendo un tratamiento segmentado del contenido de la ley. “Es porque quieren coimear, por eso la quieren fraccionar”, insistió Milei. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, intentó bajar los decibeles ayer: “Lo que no se negocia es el norte, pero sí se aceptan sugerencias para mejorar el camino”, publicó InfoBae.
Las señales políticas de los funcionarios de Milei son más proclives a la búsqueda de acuerdos que las del propio Milei, que quiere mostrarse duro, convencido, intransigente y poderoso. Contenedor del voto popular que, según entiende, legitima su accionar. En la vereda de enfrente aseguran que el oficialismo especula con el respaldo de los votantes del balotaje y que cuando se empiece a sentir la inflación ese apoyo se desintegrará en poco tiempo.