Duras críticas al Municipio por la rescisión del contrato con cooperativa vinculada a Grabois
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El Movimiento de Trabajadores Excluidos respondió al secretario de Hacienda Luciano Dell´Olio respecto de la Planta de Reciclaje de Campo El Abasto • Lo acusó de caer en “dichos irresponsables y maliciosos” • Se aclaró que la cooperativa no es de Juan Grabois.
A continuación, el comunicado al que tuvo acceso Diario Del Sur digital:
“Desde la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr) y la rama cartonera del MTE de Concordia consideramos imprescindible expresarnos respecto de los dichos irresponsables y maliciosos del ex-concejal Luciano Dell´Olio (actual Secretario de Hacienda Municipal) en relación a la supuesta ruptura del convenio con la Cooperativa Mundo Reciclado en la Planta del Abasto.
En primer lugar, una lección básica de Cooperativismo para el funcionario que pareciera desconocer que las cooperativas son organizaciones democráticas, regidas por principios de solidaridad y que no tienen otros dueños más que sus propios socios, por lo que decir “la cooperativa de Juan Grabois” demuestra, no sólo su desconocimiento del tema (poco digno de un letrado) sino que deja en evidencia la necesidad de utilizar mentiras con la clara intención de teñir con un manto de dudas (y sin ningún fundamento) la gestión de la Cooperativa Mundo Reciclado, alimentando un odio infundado hacia lxs militantes políticos y sociales. La cooperativa Mundo Reciclado, lejos de eso, es la herramienta de organización, trabajo y comercialización de más de 5.000 cartoneros en todo el país y es el resultado de 20 años de organización del sector.
En segundo lugar, afirman haber rescindido un supuesto convenio rubricado por la gestión anterior con la Cooperativa de Trabajo Mundo Reciclado Limitada tras observar “las condiciones establecidas en dicho acuerdo donde surge una llamativa carga de obligaciones desproporcionadas en cabeza de la Municipalidad”, cuando las obligaciones expresadas en dicho convenio no son otra cosa que los presupuestos mínimos que corresponden garantizar al Estado para garantizar la ejecución de una política pública de la magnitud que significa la erradicación de un basural a cielo abierto con un plan de inclusión social, compromisos que, por cierto, nunca se cumplieron ni en sus más mínimos como son garantizar los elementos de seguridad a los trabajadores y productos de limpieza, ni hablar del mantenimiento de la infraestructura y de la tarea de emprender una política pública de separación en origen con recolección diferenciada.
Desde nuestro lugar, como movimiento social perteneciente a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), hemos participado y acompañando con orgullo el proceso organizativo de los más de 100 trabajadores y trabajadoras que migraron de trabajar en condiciones indignas en el basural a cielo abierto, a una planta de reciclado en la cual pudieron acceder a condiciones mínimas de dignidad para realizar su trabajo.
Lo hicimos, además, ante la ausencia de un proyecto por parte de un Municipio incapaz de llevar adelante el proceso de inclusión social de los cientos de trabajadores del basural que, además de justo, era una exigencia del Banco Interamericano de Desarrollo, institución que financió el proyecto.
Este proceso, que no se dio de un día para el otro, y que ninguna gestión Municipal jamás había tenido intenciones de acompañar, fue llevado adelante por militantes de la FACCYR y del MTE, junto a los trabajadores del campo del abasto ante el inminente cierre del basural a cielo abierto, luchando por el reconocimiento para las familias que por generaciones trabajaron en el Campo del Abasto en condiciones deplorables y olvidados por el Estado.
Por esos años, a Dell´Olio y sus colegas, poco les importaba la enajenación de los materiales reciclables que cada compañero recolectaba como podía y comercializaba de manera individual para subsistir.
Así las cosas, y pese a que la gestión del Dr. Cresto no cumplió en ningún momento con las condiciones mínimas para garantizar la operación de la planta y el mantenimiento de su maquinaria; durante todo el año, con recursos generados por la propia planta y con organización popular, pudo llevarse adelante un trabajo cooperativo que le mejoró en gran medida las condiciones laborales y de existencia a estos trabajadores, con jornadas de trabajo de 5 horas diarias, con la ropa de seguridad que se pudieron garantizar, con la bancarización de todos los trabajadores, y con un seguro para accidentes personales entre otros beneficios laborales a los cuales los compañeros accedieron por estar organizados y cooperativizados.
De más está decir que el techo de la gestión cooperativa se encontró siempre en los incumplimientos de acuerdos por parte de la administración del Dr. Cresto, la falta de compromiso con el mantenimiento de la planta, la negligencia de sus funcionarios a cargo del proceso, y la ineficacia para llevar adelante cualquier tipo de expediente, ya sea por un convenio o un proceso licitatorio. Y, por otro lado, debido a los ataques de los ediles (hoy funcionarios) del partido gobernante que con animosidad, prejuicios y por desconocimiento, denigraron a las organizaciones de la economía popular impidiendo la entrada en vigencia del convenio.
Por último queremos dejar en claro nuestra conformidad con el compromiso asumido por el municipio (manifestado en los dichos del Dr. Dell´Olio y en el funcionario hoy a cargo Leonardo Galarza), de incluir en el staff de empleados municipales a los trabajadores y trabajadoras de la planta del Abasto, con el correspondiente reconocimiento de derechos laborales básicos tales como, vacaciones, aportes jubilatorios y obra social, asumiendo además el compromiso de realizar las inversiones correspondientes para el mantenimiento de la planta, reconociendo el valioso servicio que estos trabajadores prestan a la comunidad y al medioambiente, asumiendo de una vez las responsabilidades que le caben al Estado.
Siempre fue el objetivo de nuestro movimiento gremial, generar mejores condiciones laborales para los trabajadores excluidos y excluidas de nuestro país, por lo que de cumplirse con lo que se está proponiendo sería un triunfo para los trabajadores de la economía popular, a quienes estaremos acompañando siempre en la lucha por garantizar y ampliar sus derechos desde la UTEP.
Seguimos trabajando por un mundo sin exclavos ni excluidos, con la convicción de que sin cartoneros no hay reciclado”.