El gobierno estima que tras la quita de subsidios, cada hogar pagará un promedio de $35.000 por mes entre luz y gas

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Se realizó la primera audiencia pública y la Secretaría de Energía sentó su posición. Justificaron los aumentos en que el consumo per cápita es de los más altos de la región y el costo energético uno de los más bajos.

La Secretaría de Energía presentó en audiencia pública el nuevo sistema de subsidios para gas y electricidad, cuyo objetivo central será , según la visión del gobierno nacional, «sincerar y transparentar» el costo real del servicio, lo que una vez implementado podrá representar una canasta energética por hogar de $35.000 promedio.

La audiencia se extendió por poco más de 8 horas con 97 oradores inscriptos, para debatir el nuevo esquema que propone la Secretaría de Energía con el cual se buscará «erradicar la opacidad de las tarifas» y esclarecer el costo real de la energía y el gas en los usuarios residenciales.

«Se buscan corregir las deficiencias detectadas (del actual sistema de segmentación) y proponer un uso más eficiente y equitativo de la energía», afirmó la subsecretaria de Planeamiento Energético, Mariela Beljansky, al abrir la audiencia pública que se desarrolló de manera virtual.

Como resultado del análisis que se viene realizando desde la Secretaría de Energía, se destacó que «una porción importante de la sociedad que va a tener necesidad de cubrir la Canasta Básica Energética con ayuda que se va a implementar a través de un subsidio».

Al presentar el impacto que tiene la canasta indispensable según ingresos, Energía estimó que para el decil 1 de la población un costo medio de la canasta de $ 35.000 tendrá un impacto sobre el ingreso del 35%, para el decil 2 del 15% y para el decil 3 del 11%, en una secuencia progresiva que culmina con el decil de mayores ingresos (el 10) cuya afectación es del 2%.

Así puede verse que en casi 5 millones de hogares los ingresos están por debajo de la canasta básica total, pero, a la vez, la media de consumo duplica la canasta básica energética. En números aproximados se presentó que en el caso de la electricidad la tarifa a usuario final es de aproximadamente 85 pesos por kilovatio-hora ($/kwh), con un rango de Canasta Básica Energética (CBE) de entre 150 y 200 kwh/mes, por lo que el costo se estima entre 15.400 y 20.600 pesos mensuales.

En el caso del gas, la tarifa a usuario final es aproximadamente de 380 pesos por metro cúbico ($/m3), con un rango de CBE entre 30 y 40 m3/mes, el costo se puede estimar entre 13.800 y 18.400 pesos por mes.

De esta manera, un núcleo cohabitante promedio podría recibir a partir de la reasignación de subsidios un rango de costo aproximado de entre 30.000 y 40.000 pesos por mes. Estas cifras son provisorias y a modo de ejemplo, ya que pueden tener variaciones de acuerdo con los cuadros tarifarios en las distintas regiones del país y según la región bioclimática que se trate.

No obstante ello, se prevé que se podrá contar con el informe final para el 10 de marzo y luego se abrirá un período hasta el 10 de abril para el dictado de la norma con el nuevo régimen.

Los funcionarios rechazaron denominar como «criterios de inclusión o exclusión» para los subsidios condiciones como tener una prepaga o viajar al exterior y señalaron que, en realidad, se tratan de «presunciones para la determinación de los ingresos», aunque no dieron mayores precisiones sobre cómo se instrumentará este punto.

Energía tampoco definió aún cuál será el porcentaje de ingresos que se tomará como límite para subsidiar la CBE aunque probablemente esté alrededor del 10%, el cual tradicionalmente se usa como umbral teórico para considerar si un hogar está o no bajo pobreza energética. Uno de los puntos que se está evaluando es que el porcentaje máximo de la canasta en las familias con menos ingresos sea aún más bajo del 10%, con el fin de otorgarles una mayor asistencia.

«Venimos de un lugar donde hay un subsidio indiscriminado, sin importar la condición social, a toda la oferta y que partía de aportes del Tesoro Nacional que se destinaban a pagar la diferencia entre el precio real y el precio que establecía la Secretaría de Energía», señaló Beljansky.

Entre otros números presentados por Energía se encuentra el rojo que arroja la balanza comercial energética con un déficit de U$S 30.000 millones en los últimos 10 años, y un subsidio anual que promedió los U$S 5.000 millones en los últimos 21 años. «Todo ese dinero representa miles de millones de dólares que la gente no sabía que se estaba pagando con emisión monetaria», señaló la funcionaria.

Por otro lado, si bien el nuevo sistema de segmentación por ingresos implementado en 2022 representó un avance, el mismo «no tuvo en cuenta las zonas climáticas» y sus «límites de consumo subsidiado eran altísimos o infinitos», lo cual hacia que abarcase también los consumos suntuosos. «Si bien el nuevo sistema eliminó subsidios que eran escandalosos, lejos estuvo de contar con un diseño adecuado para dirigirlos a aquellos que realmente lo necesitan», agregó.

En ese sentido, la subsecretaria ejemplificó que actualmente «el consumo per cápita de energía (en Argentina) figura entre los más altos de la región» y que, pese a ello, «la proporción del gasto energético respecto de los ingresos totales de los hogares es uno de los más bajos».

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