En la motosierra de Javier Milei la casta fueron los jubilados

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“En nuestro mandato los jubilados le han ganado a la inflación por 20 puntos, es una recuperación muy grande”, celebró esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, en diálogo con LN+. Casi en simultáneo, otras pantallas mostraban a jubilados llorando desesperados por no poder acceder a medicamentos que recibían de manera gratuita por PAMI, por tener que salir a trabajar para comprar comida con más de 70 años a cuestas o por no tener parientes a quienes pedir ayuda económica para subsistir o endeudarse, como sugirieron otras voces del gobierno de Javier Milei.

“Tengo diabetes y me quedan las pastillas justas para los próximos días. ¡Me agarró una desesperación! Empecé a buscar en Internet cómo es el tema del trámite de inscripción y le pedí ayuda a mi hijo. Esto crea todo un tema entre jubilados… algunos tenemos la suerte de saber manejarnos o tener a alguien que nos ayude. Otros, no. Esto es una traba más para meter un ajuste”, definió Liliana Carci, del Plenario de Trabajadores Jubilados, tras la nueva medida del PAMI que restringe el descuento del 100% en medicamentos a quienes ganen menos de $388.500 y tramiten el subsidio social. “Ya nos congelaron el bono de 70 mil pesos y le pusieron el tope de la inflación a nuestra jubilación. Es una cosa que indigna: se la agarran con un sector altamente vulnerable. Por la edad que tenemos no estamos para tener estas preocupaciones. La única libertad que tenemos es para morirnos de hambre”, lamentó la jubilada de 71 años. A juzgar por las medidas del gobierno de Javier Milei, la población más añosa era la casta.

El blanco del ajuste

“Hay que destacar primero la cuestión de la fórmula previsional: la cambia Milei hacia fines de marzo, por DNU -algo que en términos legales está bastante mal visto y el Estado tiene un historial de juicios al respecto-. Una vez que la inflación hizo el trabajo de licuar jubilaciones y pensiones, se presenta como que viene a salvar a los jubilados al atar la fórmula a la inflación, pero lo que hace es congelar el poder adquisitivo en un nivel muy bajo. Y la perspectiva es que ya no se va a poder recuperar”, explica Carolina Berardi, analista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

“El momento en que se toma la decisión –de cambiar la fórmula jubilatoria- es clave para los efectos. Porque se hace justo antes de que la anterior tenga un efecto positivo. Si comparamos con la que regía antes, nos da que las jubilaciones deberían estar 21% arriba –contrasta–. Este cambio es central para entender por qué las jubilaciones y pensiones constituyen el principal componente del ajuste. De cada 100 pesos que el Estado recortó hasta octubre, 24,2 fueron en jubilaciones y pensiones”.

A eso se suma la licuación del bono de 70 mil pesos. “Hacia delante no hay una perspectiva de mejora. En la discusión del presupuesto el titular de Anses dijo que se preveía mantenerlo congelado. La justificación de Caputo es que la mayor parte de quienes lo reciben son jubilados que accedieron vía moratoria, como si hubiera jubilados de primera y de segunda”.

Pese a que el ministro afirmó que “sólo el 11% de los jubilados es pobre”, las cifras oficiales muestran otra cosa. De acuerdo al Indec, la pobreza entre la población de mayor edad pasó del 17,9 al 35,7 por ciento. La vejez indigente saltó del 1,8 al 6,6 por ciento. “Si se mira históricamente, nunca los jubilados estuvieron tan mal –señala Berardi–. Sobre este combo deciden hacer recortes de medicamentos. El último anuncio es la coronación del proceso”.

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