Iosi, el espía arrepentido y su inquietante vínculo con Paraná
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El libro derivó en el guión para una de las mejores series hechas en la Argentina: “Iosi, el espía arrepentido”, que se puede ver en la plataforma Amazon Prime Video.
La primera temporada tuvo un altísimo impacto y la segunda fue estrenada esta semana. La dirigen Daniel Burman y Sebastián Borensztein, quienes en base al libro de Lewin y Lutzky construyen esta obra, que tiene como telón de fondo los atentados, enlazados por un personaje, Iosi Peres/José Pérez (el actor Gustavo Bassani, que descolla en su papel) el hombre que se inventa una historia para meterse en la vida de gente a la que, en apariencias, desprecia, pero con el tiempo se transformará en su propia familia.
En la serie actúan Natalia Oreiro, Juan Leyrado, Alejando Awada, Minerva Caseros, entre otros, y el producto es de una calidad altísima.
La vinculación con Paraná
Burman y Borensztein reescribieron pasajes del libro que, según sus autores, está basado en la confesión del espía y en su necesidad de redimirse cuando comprende que parte de la información que aportó durante años a sus jefes de la Federal les sirvió a los responsables de los atentados.
La masividad de la serie sirve para recordar que el libro de Lewin y Lutzky tiene un inquietante momento, que transcurre en Paraná, donde Lewin se encuentra con el agente.
Ocurrió en el centro cultural Juan L. Ortiz, durante la presentación del libro “Las flores de Fernanda”, de Daniel Enz (director del semanario Análisis y conductor de los programas Cuestión de Fondo y Memoria Frágil, de Canal Nueve Litoral), en torno a la desdichada historia de Fernanda Aguirre, la adolescente de San Benito desaparecida en 2004.
Lewin relata en “Iosi..” que en 2005 fue invitada por Enz a participar de la presentación del libro en Paraná. Previo a ese viaje a la capital entrerriana, ella ya había mantenido reuniones con el agente, en las cuáles iba sumando información para su investigación.
Enterado de que Lewin viajaría a Paraná, Iosi le dijo “voy a ir a escucharte”. Ella sabía que Iosi estaba asignado a una capital provincial, pero no en cuál.
Cuenta la periodista que en el viaje se alojó en un hotel de Paraná. Y que una diputada provincial pasó a buscarla en su auto para dar un paseo. Mientras iban por la Costanera, recibió un llamado al celular, de un número desconocido, pero con característica de Paraná. Devolvió el llamado y del otro lado no respondió nadie. Si, un contestador automático, que dijo: “Usted se ha comunicado con la Policía Federal Argentina”.
Iosi la estaba llamando desde un teléfono fijo de la delegación local de la fuerza federal. El agente había sido asignado a Paraná.
“Esa noche sentado en el centro de la sala del Juan L. Ortiz, Iosi estuvo presente en todas las intervenciones. Se quedó hasta el final, incluso cuando el dibujante Rep descubrió entre aplausos un mural dedicado a Fernanda. Nadie supo que se trataba de un policía. Era uno más de los concurrentes. No llamaba la atención. Y yo no sé si estaba allí porque quería aprovechar mi visita para verme y saludarme a las corridas o para escuchar a todos los demás panelistas, periodistas de investigación y pasar después el correspondiente informe prolijo, detallado. Quizás para ambas cosas a la vez”, relata Lewin en el libro.
El protagonista de esta historia, hoy hecha ficción pero que es real, caminó por las calles de la capital entrerriana, vivió en la ciudad, recabó información. Seguramente pocos sabían a qué se dedicaba y cuál fue la misión que tuvo en en la ciudad en los años 2000.
Un misterio más sobre otros tantos misterios, elaborados en los oscuros subsuelos del espionaje argentino.
Fuente: Ahora