La política del Antón Pirulero, en donde “cada cual atiende su juego”
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Por Rubén Bonelli (*)
Muchos de los que son adultos recordarán el juego de Antón Pirulero en donde se cantaba que “cada cual atienda su juego o una prenda tendrá”
Pareciera que los dirigentes de varios partidos políticos de Concordia optaron por hacer jugadas que nada tienen que ver con la tradicional forma de hacer política.
Es así que, por ejemplo, las palabras, consenso, unidad, pacto, unanimidad, etc., son indispensables para los nuevos tiempos. Otras en cambio, como el disenso, desacuerdo, divergencia y oposición, aparecen como palabras que tienden a dividir, a seguir alimentando las diferencias y las famosas grietas.
Si uno parte de la lógica de que los pilares de toda democracia son los partidos políticos. Suponiendo de que cada partido tiene una particularidad, una ideología determinada, una visión de la realidad y hasta algunos una doctrina y así por ende nacen los disensos, las diferencias y el derecho de disentir. ¿Porqué quieren algunos meter todo en la licuadora?
Se ha hablado y publicado durante las últimas horas de un tal mentado Pacto de la Concordia, en donde se supone que una fracción del peronismo local dirigido por Enrique Cresto, ha estado hablando con el partido de gobierno conducido por Francisco Azcué. Si bien se dieron a conocer algunos objetivos, no se tiene en claro muchas cosas a saber. Se habló de la lucha contra el narcotráfico, pero todos sabemos que esa órbita le corresponde a estamentos nacionales y provinciales. Se habló de la generación de puestos de trabajo en un escenario en donde el gobierno nacional pulverizó el salario, ahogó a los jubilados y viene por lo queda de las joyas de la abuela.
Tampoco queda para nada claro, que harán el resto de los alicaídos dirigentes del pejotismo concordiense, como Angel Giano, que parece más cerca de Paraná que de Concordia y se muestra con dirigentes de la provincia de Buenos Aires. De Alfredo Francolini que dicen que pasará a formar parte del gobierno de Rogelio Frigerio en la Caja de Jubilaciones o Armando Gay, que según dicen esta abocado a sus negocios financieros, sin contar con el archianuncio de Gustavo Bordet de venir a vivir en Concordia, para rearmar no se sabe si al peronismo o a su caña de pescar.
Volviendo al Pacto de la Concordia, todos sabemos que el intendente Francisco Azcué tiene como socios en el gobierno a personajes del Pro y macristas de paladar negro, como los Caminal o los Reta Urquiza, que con el peronismo no se juntarían a tomar ni un te, salvo que sea el Club Progreso. El ingreso del crestismo en esferas del municipio de Concordia traerá aparejado una crisis en el seno de la coalisión de gobierno local.
Hasta aquí “cada uno atiende su juego”. Volvió el individualismo de los años 90 en su peor versión y recargado. Hay que volver a la fuente. Hay que volver a la democracia. No hay que tener miedo a las diferencias o los disensos, porque de ellos se mejora la democracia y por ende la sociedad. El resto es un cúmulo de intereses de personas que buscan su propio beneficio en detrimento de las amplias mayorías que hoy padecen y sufren a un desquiciado con tracción a clonazepam.
(*) Director Diario del SUR Digital y Radio La Tribu del SUR 90.7