Murió a los 94 años Nora Cortiñas, emblema de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora

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“La familia de Nora Irma Morales de Cortiñas comunica su fallecimiento en el día de la fecha, a los 94 años de edad”, precisa el comunicado difundido a su vez por la familia.

La presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Morales de Cortiñas, murió este jueves a los 94 años. “La familia de Nora Irma Morales de Cortiñas comunica su fallecimiento en el día de la fecha, a los 94 años de edad”, precisa el comunicado difundido por la familia.

Asimismo, informaron que Norita había sido intervenida quirúrgicamente el pasado 17 de mayo en el Hospital de Morón por una hernia que se sumó a otras patologías que agravaron el cuadro.

Conocida simplemente como “Norita”, nació el 22 de marzo de 1930 y era psicóloga. El 15 de abril de 1977, su hijo mayo, Carlos Gustavo, estudiante de Ciencias Económicas e integrante de la Juventud Peronista, fue secuestrado en la estación de trenes de Castelar.

Nada más se supo de su hijo, ni siquiera hay rastros en los distintos centros clandestinos de detención. Tampoco, testimonios que permitan descubrir su derrotero. “Desde jovencito Gustavo decidió luchar para que el pueblo tuviera buen trato. Junto con muchos compañeros, luchaba para lograr ese mundo ideal”, lo recordó.

La vida de Nora cambió drásticamente a partir de aquel fatídico 15 de abril de 1977, cuando se llevaron a su hijo en Castelar. Gustavo estudiaba Administración en la Universidad de Morón y trabajaba en el INDEC, mientras seguía con su militancia política, en la que también, tiempo antes, había acompañado al Padre Mugica.

Se destacó por sus reclamos ante los militares en la época más dura. Y, más adelante, como docente en la UBA profundizó sus estudios sobre la relación entre los golpistas, la deuda externa y la crisis económica. Nora participó de las reuniones de Madres desde los comienzos de la organización.

Junto a Taty Almeida quedó como referentes de la Línea Fundadora, cuando Madres de Plaza de Mayo se dividió. Pero se mantuvo, en ambos casos, la consigna de los orígenes del 77: seguir sacando sus pañuelos blancos a las calles para exigir memoria, verdad y justicia.

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