Según tres informes, en sólo dos meses Milei llevó la pobreza arriba del 50%
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Proyecciones de consultoras y universidades privadas indican que, desde diciembre, se generaron entre 4 y 7 millones de nuevos pobres. En este cuadro el Ejecutivo dinamitó el Consejo del Salario Mínimo y el presidente descartó subirlo por decreto. Emerge un nuevo fenómeno: trabajadores formales en la indigencia.
En enero una familia integrada por dos adultos y dos menores necesitó $ 596.283 para cubrir el costo de la Canasta Básica Total (CBT) y, de esa forma, eludir una situación de pobreza. Así lo informó esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Del informe se desprende que, sólo en los meses de diciembre y enero, el umbral de la pobreza se elevó en un 52%. La Canasta Básica Alimentaria (CBA) que establece el nivel de indigencia lo hizo en un 54% llevando su valor hasta los $ 285.561.
El salario mínimo, a la vez, se encuentra congelado en los $ 156 mil desde diciembre de este año y los beneficiarios de los planes Potenciar Trabajo, fijados en un 50% de su valor, perciben hoy $ 78 mil mensuales.
La escalada inflacionaria y el congelamiento de los ingresos resultan el cóctel perfecto para una escalada de la pobreza y la indigencia que no tiene precedentes en el país para un período tan breve de tiempo. El último indicador oficial marcó que, en el primer semestre de 2023, en promedio, el 40,1% de la población vivía en hogares que no reunían los ingresos suficientes para superar una situación de pobreza. Se trataba de poco más de 19 millones de personas.
A la vez, el 9,3% de la población atravesaba entonces una situación de indigencia. Esto es que, 4,3 millones de personas, vivían en hogares que no lograban reunir los ingresos suficientes para afrontar el costo de los alimentos capaces de garantizar las calorías necesarias para que sus miembros no sufrieran un cuadro de desnutrición.
De aquel informe se desprendía también que el 56,2% de los niños menores de 14 años vivían en una situación de pobreza.
Degradación social
Tres estimaciones privadas basadas en datos oficiales indican que, en el último semestre del año pasado, pero especialmente en los dos meses de gobierno de Javier Milei, el escenario se agravó sensiblemente. Según los distintos análisis, para el mes de enero, la pobreza podría afectar entre el 46,8% y el 57,4% de la población.
Es lo que se desprende, por un lado, del Nowcast de pobreza que realiza el Departamento de Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella que dirige el economista Martín Lozada. Allí surge que, sobre la base de la evolución de la Canasta Básica Total y los ingresos de las personas en el semestre que va de agosto de 2023 a enero de 2024 el 43,7% de la población vivía en hogares pobres. Al tratarse de un promedio semestral, sin embargo, el dato desestima los valores extremos que, de la tendencia y la información estadística disponible, se descuenta, son los relativos al mes de enero.
Allí, reconoce el propio autor del informe, la pobreza podría afectar al 46,8% de la población. Pero, además, según el mismo estudio, en el tercer trimestre la pobreza se había reducido hasta el 38,5% producto de la baja estacional que se verifica en los trimestres impares en los que impacta el pago del aguinaldo motivo por el cual el Indec publica sus informes de manera semestral. Así las cosas, de ese informe se deduce que, en apenas tres meses, 3,8 millones de personas cayeron en una situación de pobreza en la que no se encontraban en octubre de 2023.
Al mismo tiempo, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA realizó una actualización de sus informes de pobreza e indigencia a solo efecto de evaluar el impacto de la devaluación de diciembre de 2023. De allí surge que la indigencia se elevó desde el 9,6% del tercer trimestre de 2023 hasta el 15% en enero de 2024 y la pobreza desde el 44,7% hasta el 57,4%. Para la UCA, que cuenta con una metodología propia y por eso parte de un piso en términos porcentuales más alto, en apenas dos meses cayeron en una situación de pobreza casi 6 millones de personas al mismo tiempo que, poco más de 2,5 millones, pasaron de esa situación a la indigencia.
El Instituto de Pensamiento y Política Públicas (IPyPP), conducido por el economista Claudio Lozano difundió un informe cuyas conclusiones resultan todavía más catastróficas. Basado en los informes oficiales que surgen de la base de microdatos del Indec del tercer trimestre de 2023 coincide en que, sin margen de error, a fines de septiembre de ese año la pobreza afectaba al 38,6% de la población que llegaba al 41,4% en caso de desestimar el impacto del aguinaldo sobre los ingresos de las personas.
A diferencia del Nowcast de la Universidad Torcuato Di Tella, el IPyPP de Claudio Lozano, a la hora de estimar la evolución de la pobreza en los últimos meses en los cuales no se dispone de datos de la Encuesta Permanente de Hogares que permiten analizar los ingresos de las familias, hace uso de otros informes capaces de reflejar esos ingresos, pero por el lado de la demanda y el consumo. Se trata de los estudios de ventas minoristas que publica la CAME, la evolución del IVA sin la recaudación de Aduana, los aportes a la seguridad social, los impuestos sobre créditos y débitos y las ventas en supermercados que publican el INDEC y la consultora Scentia.
Sobre la base de un análisis de la correlación entre la evolución de esos indicadores y la línea de pobreza surge que, mientras que en octubre la pobreza afectaba, en promedio, a un 39,5% de la población, en enero de este año llegaría a afectar al 55,8%. Así las cosas, para el IPyPP, entre octubre de 2023 y enero de 2024 cayeron en la pobreza poco más de 7,6 millones de personas de las cuales 6,7 millones lo hicieron sólo los meses de diciembre y enero.
De los cinco indicadores de consumo e ingresos que toma el informe, dos de ellos (ventas minoristas y aportes a la seguridad social) permiten proyectar un nivel de pobreza que afectaría a más del 62% de la población equivalentes a los valores del año 2002 luego de la bancarrota de 2001 y la abrupta salida de la convertibilidad. Es que las ventas registradas por CAME se contrajeron un 28% en enero y un 13,7% en diciembre mientras que los aportes a la seguridad social lo hicieron un 28,5% y un 22% respectivamente.
El propio Claudio Lozano explicó a este medio que «como no hay disponibles indicadores fijos y directos hacemos una asociación entre la caída del consumo privado y la masa de ingresos de los sectores populares y, consecuentemente, tomamos indicadores que evolucionan en línea con el consumo. A partir de allí establecemos qué nivel tendría esa caída en el consumo (que a la vez es la masa de ingresos) sobre la pobreza. Si tomáramos el de la venta minorista que es la que más cae va a dar una suba de la pobreza del 62%. Hay un piso del 49% según el comportamiento de otras variables. El promedio da casi 56%».
Para el economista la conclusión es tajante: «en 50 días Javier Milei hizo crecer la pobreza en un nivel similar y hasta superior al que le llevo cuatro años a Mauricio Macri. Entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el de Mauricio Macri hubo un crecimiento de la pobreza de diez puntos. En estos dos meses saltó de 41% a 56%. El tema clave y preocupante es la aceleración del fenómeno».
Para el director del IPyPP «está claro que lo que hay por detrás es el impacto de la devaluación producida por la estrategia de Milei y Caputo. Supera el Rodrigazo y la de Martínez de Hoz. Solo está por detrás de la devaluación de 1989 en medio de la hiperinflación. Eso, asociado a la desregulación general del sistema de precios produce una mega inflación que desploma el conjunto de los ingresos. Por eso acelera de esta manera la evolución de la pobreza».
De trabajadores pobres a indigentes
Pero del informe del IPyPP surge otro dato significativo que, de cualquier manera, no es patrimonio exclusivo de la actual gestión. Es que, a la hora de analizar el desenvolvimiento del tercer trimestre, tal como se ha dicho, resulta metodológicamente adecuado desestimar el impacto del aguinaldo en los ingresos de las familias. Como es lógico, históricamente el porcentaje de población en la indigencia se mantiene relativamente estable en un escenario y el otro en tanto quienes perciben aguinaldo son, en general, los trabajadores registrados bajo convenio.
De la base de microdatos del tercer trimestre de 2023, sin embargo, surge que, una vez desestimado el impacto del aguinaldo, la indigencia pasa del 10% al 11,5%. De este modo, así como durante los últimos años había surgido la novedad de los trabajadores registrados pobres, ahora aparece incipientemente una nueva camada de trabajadores registrados que sufren una situación de indigencia.
Para Lozano «un dato que surge con mucha claridad, al observar el tercer trimestre que es un dato firme porque surge de la EPH, es el hecho objetivo de como sube la indigencia sacando el efecto aguinaldo. Eso indica la existencia de trabajadores formales debajo de la línea de indigencia».