Triple lesbicidio de Barracas: la justicia no lo considera crimen de odio

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El juez de la causa la caratuló como “homicidio doblemente agravado” contras las tres mujeres que murieron tras el ataque de odio. La única sobreviviente ya recibió el alta médica. Hoy habrá una marcha.

A un mes del triple lesbicidio y ataque de odio contra cuatro lesbianas, esta semana hubo novedades en la investigación y en la evolución de la única sobreviviente. Sofía Castro Riglos que fue dada de alta hace un par de días y salió del Hospital del Quemado.

El domingo 5 de mayo a las 23.30 Justo Fernando Barrientos, vecino de cuarto de las víctimas en el hotel familiar de Barracas donde vivían, abrió la puerta de la habitación donde estaban las cuatro mujeres, les arrojó un explosivo casero, las prendió fuego y provocó un incendio. La causa fue a parar al Juzgado Criminal y Correccional Nro. 14, a cargo del juez Edmundo Rabionne.

El lunes, desde este Juzgado en el quinto piso del Palacio de Tribunales, se procesó a Justo Fernando Barrientos por “homicidio doblemente agravado” contra las tres víctimas: Andrea Amarante, Pamela Cobbas, Roxana Figueroa. Los agravantes que se aplicaron fueron por alevosía y peligro común. Pero no se aplicó el agravante expresado en el inciso 4 del artículo 80 del Código Penal, que refiere al delito específico de crimen de odio ni tampoco se consideró violencia de género.

En Argentina en 2012, la ley 26.791 introdujo reformas en varios incisos para criminalizar de modo agravado homicidios relacionados con la violencia de género. El inciso 4°del artículo 80 (que alude a los homicidios) se amplió incluyendo de modo específico los crímenes de odio para tutelar a grupos especialmente victimizados por su identidad de género y orientación sexual, como el caso de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis, transgéneros, e intersexuales (LGBTI).

Foto: Somos Télam

“Invisibiliza el odio hacia las lesbianas”

“La pena es la misma. Pero, al no incluir el agravante por odio, invisibiliza el odio hacia las lesbianas”, explicó a Presentes María Rachid, titular de la Defensoría LGBT. Desde el juzgado consideran que no hay elementos que prueben ese odio, aunque sí los hay.

Testigos dijeron hace unas semanas a Presentes que Barrientos insultaba a las mujeres por su orientación sexual y que ya había amenazado de muerte a dos de ellas. También que las atacó con saña. Después del ataque, cuando las mujeres lograron salir de la habitación, Barrientos comenzó a golpearlas y las empujó de nuevo hacia el fuego.

Pero eso no fue tenido en cuenta en el procesamiento. “Esto señala los caminos de la investigación. No es definitivo, por lo que excluir lo evidente es una decisión política” dijo Rachid.

Lesiones, en el caso de Sofía

En el caso de Sofía, la calificación hacia el agresor llama la atención que se acote a “lesiones”. La querella de la única sobreviviente está a cargo de la abogada Gabriela Chiqui Conder.

“Sofía es una sobreviviente, la única. No son lesiones nada más. Le arrojaron un artefacto explosivo, sus compañeras murieron. Hubo una clara intención de querer matar a las cuatro. Lamentablemente este enfoque se repite en el Poder Judicial desde siempre. El sistema judicial repite una mirada patriarcal, de hace años, más allá de las leyes y avances en temas de género, sigue sin tenerlos en cuenta”, dice Conder. Ella fue quien defendió en el juicio a Eva Higui de Jesús hace unos años, finalmente absuelta.

Fuentes allegadas a la causa explicaron a Presentes que, aunque esos testimonios que hablan del odio de Barrientos hacia cuatro lesbianas existen en la prensa, los que figuran en la causa fueron relevados por la policía. En la resolución aparecen datos que llaman la atención acerca de cómo eran las víctimas, desde la mirada policial. También dijeron que el encuadre es provisorio, porque el juez lo puede cambiar.

Mientras tanto, Barrientos está detenido y ya en un penal, tras haber pasado por el hospital neuropsiquiátrico Alvear. Varias veces intentó quitarse la vida.

Cómo se recupera Sofía

Sofía pudo dejar el Hospital del Quemado, adonde había sido trasladada desde el Pena.

Cuenta con el acompañamiento de la Defensoría LGBT y de las organizaciones Yo No FuiNo Tan Distintes, y algunas personas de la Asamblea de Barracas. Desde que dejó el Hospital del Quemado, la asiste el Hospital Laura Bonaparte, centro de referencia en salud mental. A pedido de la Defensoría LGBT, que acompañó a todas las víctimas, y de las organizaciones, se articuló este dispositivo con el Hospital del Quemado y el equipo territorial del Bonaparte.

Sofía vive ahora en un departamento, alquilado por unos meses gracias a la red solidaria que se tejió desde los movimientos feministas y organizaciones para recibir donaciones. Estaba en situación de emergencia habitacional y perdió lo que tenía en el incendio. Con lo recaudado se compraron alimentos, elementos de higiene y limpieza, y ropa, entre otras cosas. A través de las personas que la acompañan, hace llegar su agradecimiento a toda la comunidad.

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