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A un mes de haber sido electo Francisco Azcué como intendente de Concordia, sigue sin tener ningún tipo de información del municipio.

La transparencia que tanto pregonaba Cresto parece que, si alguna vez fue cierta, quedó en el pasado, ya que según se escucha en los mentideros de la política, habría bajado línea a las áreas del municipio, para que no brinden ningún tipo de información a la gestión entrante, prohibiendo también que se publique en la página oficial de la Municipalidad de Concordia, información que en estos momentos podría ser sensible (como por ejemplo, prohibió que todas las Contrataciones y pases a Planta Permanente se publiquen en la web oficial, tal como se venía haciendo hasta hace poco tiempo y por ende que los vecinos tampoco accedan a esta información).

En los pasillos municipales se afirma como un dato que todos saben, que en estos tres últimos meses se habrían incorporado más de 900 empleados (Planta y Contratados), sin el requisito de pasar por el Concurso Público de que tanto se jactaba Cresto, o sea, que de ser así, estaríamos hablando de incorporaciones irregulares, a lo que se sumaría una gran cantidad de funcionarios políticos pasando a la Planta Permanente, en una clara violación a la normativa vigente, que prohíbe la incorporación de funcionarios a la planta del municipio. Esto también es contrario a lo que Cresto venía prometiendo durante casi toda su gestión, el famoso congelamiento de la planta de empleados.

Asimismo, públicamente, el intendente saliente le asegura a Azcué, que le va a dejar el municipio ordenado, lo que no parece tener ninguna correlación con los hechos, ya que no le estarían dando ninguna información relevante sobre la marcha de la administración municipal y el estado de las cuentas públicas. Cresto afirma en privado que él no va a dar ninguna información porque cuando él asumió, Bordet no le abrió las puertas del municipio y tuvo que esperar a asumir para ver recién el real estado de las cuentas públicas.

No se entiende bien si Cresto quiere emular a Bordet  o si simplemente quiere crear caos por donde puede, en desmedro del porvenir de todos los contribuyentes y vecinos de nuestra ciudad.

Para dilatar esta situación, Cresto envió al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza que regularía la transición, dilatando los tiempos y utilizando maniobras que él bien conoce, mientras van pasando los días. Lo cierto es que el proyecto de ordenanza, no tuvo el consenso ni de los concejales oficialistas ni de la oposición, es decir, no tenía sentido regular una transición por 20 días.

Del lado del Intendente entrante, Francisco Azcué tampoco se entiende mucho, porque no se reclama con mayor ímpetu para que Cresto entregue la información contable, máxime si es como dice, el que está todo bien y en orden.

En definitiva, no queda claro si el futuro intendente se da cuenta de lo que está sucediendo, o sí se da cuenta y tiene otros motivos para hacerse el distraído.

Tampoco se entiende que hacen supuestos funcionarios presentándose en nombre de Azcué en las reparticiones de la municipalidad, pidiendo y generando compromisos con los empleados municipales. Esto no es para nada correcto ni ético.  ¿A título de qué aparecen estas personas que se presentan como “futuros funcionarios”? ¿Los que están ahora en funciones tienen que creerles? En síntesis no parece muy profesional, ni tampoco muy institucional, y aún en el caso de que estos fueran los funcionarios que en definitiva el intendente electo los termine nombrando. De ser cierto, se trataría de una intromisión indebida en la gestión de Cresto, comprometiendo a los trabajadores municipales y poniéndolos en un brete.

Lo más conveniente y correcto sería, que esto se realice una vez que asumen (en ese momento los funcionarios se presentan ante los empleados). No corresponde que lo haga antes, si todavía no fueron nombrados, máxime que ni públicamente Azcué ha dicho todavía quiénes van a ser sus funcionarios.

En resumen, por lo que va ocurriendo, podemos afirmar que, en Concordia, no va ver transición ordenada, y el intendente Azcue va a asumir sin un diagnóstico de la real situación de la comuna, lo que le implicaría perder unos cuantos meses de su mandato para poder empezar a comprender la situación real en el que lo recibió y ni que hablar de que sólo a partir de un buen diagnóstico va a poder empezar a planificar para luego intentar poner en marcha el municipio.

Concluyendo, parece que mientras Cresto “juega al político hábil” para sacarle alguna ventajita al futuro (soñando tal vez con recuperar de esta manera algo de lo que el peronismo perdió en las urnas), Azcué parece estar durmiendo el sueño de los justos en un juego macabro en el que los principales perjudicados y que vamos en definitiva a tener que pagar las cuentas, somos todos los concordienses, que tienen que pagar religiosamente las tasas municipales.

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