Los millones de Michel empiezan a aparecer en las redes

Guillermo Michel no es todavía candidato, pero ya actúa como si lo fuera. No camina barrios ni junta avales, no discute ideas en plazas ni convoca asambleas. Él simplemente aparece. Y no una vez, sino en todos los videos, todos los formatos, todas las redes. Como si fuera un algoritmo encarnado. Como si YouTube fuera su comité de campaña, publicó La Caldera.

«Uno mira Youtube y se corta para pasar entrevistas a Mitchel, voy a Instagram y pum, aparece Mitchel, abro el inodoro y vuelve a aparecer», dijo un octogenario dirigente provincial del peronismo. La noche del viernes fue un ejemplo: entrevistas en diversos medios que lo adulaban obsenamente y brotaba por todos lados. Videos de cocina, transmisiones de fútbol amateur, clases de matemáticas, tutoriales de uñas, partidos de ajedrez. No importaba qué quisiera ver el usuario, Michel estaba ahí. Serio, prolijo, impostado. Hablando de inflación, de Milei, de Aduana… como si la gente lo hubiese elegido para eso. Pero no fue espontáneo: fue pagado. Y a lo grande.

Las decenas de millones que pone en las redes

Según especialistas en marketing político digital, una pauta de esa magnitud, dirigida exclusivamente a la provincia de Entre Ríos, cuesta entre 2,5 y 6 millones de pesos argentinos por noche. Solo en YouTube. Si se suma la publicidad en Facebook, Instagram, X y portales amigos que replican la misma entrevista con distintos títulos para evadir el algoritmo, el gasto total podría superar los 10 millones.

Así, mientras escuelas sin gas improvisan con caloventores, centros de salud colapsan, y en Paraná las calles se hunden y los colectivos no llegan, Michel alquila la realidad por franjas horarias. Y lo hace con solvencia. No discursiva —porque no dice nada—, sino financiera.

La estrategia no es nueva: saturar para instalar. Ya lo hicieron otros con más talento y menos cara. Pero lo de Michel tiene una particularidad: el desparpajo. El mismo que tuvo cuando manejó la Aduana con lógica de peaje político. El mismo con el que armó contratos, sociedades y vínculos con los mismos de siempre. Porque Michel no es nuevo. Solo se maquilla distinto, con una estética más blanda, pero con los mismos reflejos de supervivencia de quienes viven de la política, pero simulan estar por encima de ella.

La pregunta no es cuánto gasta. Es con qué lo paga. ¿Quién pone la plata? ¿El Frente para la Victoria que se recicló en silencio? ¿Algún empresario agradecido? ¿O simplemente la parte no auditada del Estado?

Mientras tanto, en la Entre Ríos real la gente espera. Espera un médico, un aula decente, una calle sin pozos. Pero en YouTube no falta nada: Michel está en HD, con sonido envolvente, y subtítulos pagos.

En tiempos donde la política real se esconde detrás de cortinas de humo digital, lo único que no se disimula es el olor al billete recién impreso. Porque cuando no hay ideas, los millones hacen campaña solos.

1 COMENTARIO

  1. Pobre Michel, ni la runfla pejotista le quiere hacer la campaña, por eso tiene que instalar su candidatura con muchos billetes y sin bases. Capaz que ruiz diaz y mengueche lo militante.

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