Por Julieta Ferrer


A esta redactora, parte de la familia Imperial y devota del Carnaval, hoy le toca con profunda tristeza, despedir a Juan Francisco “Pancho” Timón. En la noche del viernes, mientras acompañaba como siempre lo hacía en el ensayo de la comparsa Imperio, un soplo de vida lo apagó, dejándonos en un silencio que duele.


Pancho, miembro de una familia con una larga y apasionada trayectoria en el carnaval de Concordia, y hermano de nuestro Presidente Cristian, no era solo un integrante; era un compañero leal, un amigo, cuya pasión por el carnaval se reflejaba en cada toque de su tambor, un sonido que resonará por siempre en nuestros corazones. Creció entre los sueños de la comparsa, ayudando a dar forma a cada detalle.


Su sonrisa era un regalo, su energía contagiosa, su corazón generoso y su talento en la cocina, legendario. Siempre dispuesto, siempre con esa calidez y humildad que lo caracterizaba. Pancho nos enseñó que las personas que dejan una huella imborrable no se van del todo; solo cambian de lugar para seguir marcando el compás desde el cielo.


Gracias, Pancho, por tanta alegría, por tu compromiso, por tu amistad. Tu recuerdo será eterno, tu espíritu vivirá en cada ensayo, en cada desfile, en cada latido de nuestro carnaval.


Descansa en paz. Tu ritmo nunca dejará de sonar en nosotros.

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