TRANSICIÓN ORDENADA: ¿Cambio o más de lo mismo?
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Mucho se ha hablado y muchas expectativas se han puesto (especialmente por parte de los votantes de Juntos por Entre Ríos y de muchos peronistas que votaron por Azcué – Frigerio) para que, en Concordia dejen de gobernar los mismos de siempre.
Finalmente, en las urnas, se impuso la voluntad popular y la mayoría de los concordienses votaron por un cambio. Pero dados los últimos acontecimientos del quehacer local cabe preguntarse ¿En los hechos, va a haber un cambio o van a seguir los mismos de siempre? ¿Va a haber un cambio en la manera de hacer política o van a continuar las viejas prácticas del engaño y la corrupción?
Respondiendo a estas preguntas, lo primero que llama la atención es la existencia de una especie de “acuerdo” entre el mandatario saliente, Enrique Cresto y el Intendente electo, Francisco Azcué, que es muy evidente, ya que se los ve juntos en varios actos públicos, en fotos, en declaraciones y notas periodísticas.
Nos dicen que están juntos para una “transición ordenada”, sin embargo, analizando los hechos (no los discursos), vemos que a menos de un mes de que se produzca el cambio de Autoridades todavía se está discutiendo un proyecto de Ordenanza de Transición, que una vez aprobada la misma deberá ser promulgada y luego de promulgada, se deberá formar una comisión (de 10 miembros), que con discutibles facultades seguramente poco hará al respecto.
Mientras tanto, cada día que pasa, la Tesorería Municipal trabaja a destajo para sacar pagos y así el creciente déficit de la Municipalidad de Concordia se sigue incrementando hora a hora. Las cifras son impactantes. Sólo en los últimos meses se incrementó el Presupuesto Municipal en más de $6.000 millones y otros $2.000 millones en estos días. Por supuesto, con tanto apuro, no es fácil cumplir con los requisitos formales y legales de las contrataciones urgentísimas que se están haciendo.
En esta vorágine, también se están pasando muchísimos empleados a planta permanente, agregando contratados con aportes y llenando la Municipalidad con gente del crestismo, con nula o muy dudosa capacidad para desarrollar funciones que sirvan a la comunidad.
Mientras tanto, el Concejo Deliberante aprueba todo lo que el Ejecutivo envía para su tratamiento (al mejor estilo de una escribanía), mientras Azcué se muestra con Cresto por todos lados como si nada pasara.
“La única verdad es la realidad”
En el ámbito de la Municipalidad, se escucha a viejos empleados de carrera que han atravesado ya varios cambios de gobierno, preguntándose si estamos ante un cambio real, o si Azcué y su aparente acuerdo con Cresto, busca disimular algo bajo el pretexto de una “transición ordenada” que todo va a seguir igual.
Se especula incluso que muchos de los actuales funcionarios van a seguir y que en definitiva esto solo va a servir para reafirmar el conocido dicho gatopardista de “cambiar algo para que nada cambie”.
Todo lo planteado nos hace pensar dos cosas. O bien Azcué y su equipo, son más inteligentes de lo que nosotros creemos y a partir del 10 de diciembre, tomarán el toro por las astas, o por el contrario, caerán como simples aprendices de la cosa pública a lamentarse de la estratagema orquestada por los Cresto.
Vale este cierre, la frase que se le atribuye a Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.